miércoles, 30 de diciembre de 2009

Invitación

Porque el trabajo por la paz no se termina, queremos sumarnos a la marcha mundial con nuestro pequeño granito de arena (¿Quién puede decir qué es grande o pequeño cuando de acariciar las almas se trata?). Por eso los invitamos a compartir cuentos. Vengan todos los que quieran escuchar y contar. Traigan amigos, hijos, sobrinos, tíos y abuelos. Traigan el mate. Traigan cuentos y poesías. Traigan ganas de construir un espacio de paz. La cita es . . .

. . . ¿dónde?

En la Plaza de los Españoles (Islas Malvinas, Arrecifes, Cardozo y Pehaujó), casi frente al club Mariano Moreno, en Castelar.

. . . ¿cuándo?
El sábado 2 de enero

. . . ¿a qué hora?
A las 19 hs.

Contar es compartir


Es compartir el pan de la palabra, ese alimento imprescindible para el alma. Y también para el cuerpo, que se estremece, se agita, de derrama en emoción cuando la palabra lo toca. La palabra, que transporta los sentidos a ese mundo posible donde los sueños, las ilusiones, las esperanzas se hacen realidad. ¿Magia, misterio, milagro?
Un poco de todo eso viví anoche junto a mi amiga narradora Patricia Morante en A plena voz, el programa de radio que hacen Miguel Mroure y su equipo en FM Oeste. Narradores de ley, que ejercen la palabra con compromiso y por elección. Narradores que nos narran sus experiencias, su caminar, sus cuentos. Y como si fuera poco, se rodean de buena música, excelentes intérpretes, amigos entrañables. Tuvieron la amabilidad de invitarnos a participar del programa y, por supuesto, con mucho gusto aceptamos.
¡Que se repita, chicos! Lo disfrutamos en grande.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Una paz tan necesaria

El próximo 2 de enero se cerrará, al pie de la Cordillera de los Andes, la Marcha por la Paz que se inició el 2 de octubre pasado, día del nacimiento de Mahatma Ghandi, y recorrió el mundo desde entonces. Hermoso, necesario testimonio. Como también es necesario que esta marcha no termine nunca, que cada uno la continúe en su espacio y a su modo, que la siembre, que la recoja, que la regale, que la pida, que la comparta, que la amase, que la recuerde, que la viva, que la haga palabra cotidiana, caricia permanente.
Invito a todos a que se sumen a esta idea enviando alguna frase, poema, imagen, pensamiento, recuerdo, deseo. La paz será de todos o no será. Para empezar, este poemita para compartir:

Cuando las gentes vienen marchando
son ángeles que anuncian
tu pequeñez y la mía
el tiempo en vilo
ya sin márgenes para derrotas.

Estas son gentes que marchan
ángeles que susurran
en la intimidad de las almas
murmullo que abraza
los puntos cardinales
camina sobre los pliegues del mundo
transita por la web
hasta que
finalmente
veo tu foto en mi pantalla.

Allí me reconozco.

Y te digo y me digo
estas son gentes que marchan
para tus pies y los míos.

martes, 8 de diciembre de 2009

a Frida Kahlo

“Esperar, con la angustia guardada,
la cloumna rota y la inmensa mirada.
Sin andar, en el vasto sendero,
moviendo mi vida cercada de acero”.

Frida Kahlo, La columna rota

¿Cómo fue que tu ojo
se sobrepuso a la negrura
y alumbró
el trayecto de la herida?

Todos los hombres confluyen en uno
pero es mujer quien amamanta
las bocas ansiosas de la vida.

Fue de tu leche que nacieron
todos los niños postergados
dulce pan de los dioses hambrientos.

Fue de tu leche que naciste,
preservada de todo mal,
y diste a luz tu repertorio de Fridas
cada una con su ojo
alumbrando dolor.

martes, 1 de diciembre de 2009

Frida Kahlo, historia de un pasión

Pasión por la vida, a la que se aferró tan dolorosamente, y por Diego Rivera, el hombre que le descubrió el sentido de la existencia: unión de contrarios, atracción del dolor, eclipse de planetas contrapuestos en turbulencia para generar vida, para dar y darse, completamente, en cada obra, en cada gesto, ciclo constante de muerte y creación. Más allá de sí misma, Frida le escribe a Diego este poema que él recibirá tres años después de la muerte de ella y pocos días antes de su propia muerte:




En la saliva

en el papel

en el eclipse.
En todas las líneas
de todos los colores

en todos los jarros

en mi pecho

afuera, adentro

en el tintero
en las dificultades de escribir

en la maravilla de mis ojos

en las últimas lunas del sol

(el sol no tiene lunas) en todo.

Decir en todo es imbécil y magnífico.

Diego en mis orines - Diego en mi boca - en mi corazón, en mi locura, en mi sueño, en el papel secante - en la punta de la pluma, en los lápices - en los paisajes - en la comida - en el metal - en la imginación. En las enfermedades - en las roturas - en sus solapas - en sus ojos - en su boca - en su mentira.

miércoles, 7 de octubre de 2009

La inspiración y el fliur del tiempo (fragmentos)

"Una vida creativa es una cuestión riesgosa. Seguir el propio curso, no trazado por los padres, por nuestros pares o por las instituciones, implica un delicado equilibrio de tradición y libertad personal, un delicado equilibrio de ser fiel a sí mismo y permanecer abierto al cambio . . . Ser, actuar, crear en el momento sin sostén ni apoyo, sin seguridades, puede ser el juego supremo y, a la vez, dar miedo, que es lo contrario del juego. Entrar en lo desconocido puede conducirnos al deleite, a la poesía, a la invención, al humor, a amistades para toda la vida, a la autorrealización y, ocasionalmente, a un enorme impulso creativo. Entrar en lo desconocido puede llevarnos también al fracaso, a la desilusión, al rechazo, a la enfermedad o la muerte . . . Todo momento es precioso precisamente porque es efímero y no puede repetirse . . . El hecho de que la improvisación se pierde en el aire nos hace apreciar que cada momento de la vida es único . . . Un beso, un atardecer, una danza, un chiste. Ninguno volverá a repetirse de la misma manera. Cada uno sucede una sola vez en la historia del universo."
Stephen Nachmonovitch, Free play

domingo, 4 de octubre de 2009

V Encuentro Internacional Comunitario de Escritores Entretejiendo desde el hacer de las palabras

Latinoamérica presente. Aquí Venezuela, Chile, Argentina
María Esther Robledo, el hada madrina del mágico evento, y nosotras, las rebeldes.


Amigas nuevas, amigas del alma, unidas en un brindis por la poesía.

En el apart hotel Villa Don Tomás, un oasis: glorietas, puentes, piscina, senderos. Todo invitaba al encuentro con la palabra.

sábado, 3 de octubre de 2009

V Encuentro Internacional Comunitario de Escritores Entretejiendo desde el hacer de las palabras

Septiembre en San Juan. Primavera, flores, sol. Santa Lucía de puertas abiertas, regalo de fragancias, de sabores, de manos estrechadas, de sonrisas anchas. Y la estrella, la palabra. La palabra entretejida en abanico de tonadas y de acentos. Latinoamérica presente en su diversidad y en su unidad. Una misma lengua. Miles de matices. Una misma, generosa, vibrante, esplendorosa lengua. Y la poesía derramada en torrentes, "arrullando huesos y entibiando sangres". De amores y desamores, de pédidas y encuentros, de olvidos y descubrimientos, de pasado, de presente y de futuro, siempre ella, la reina, la misteriosa, la seductora, la deseada, la temida, la poesía, celebrada en la alegría del encuentro.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Universos en miniatura

La magia inigualable del haiku consiste en su raro poder de desplegar universos de emociones con extrema economía de palabras. Aquí algunos para compartir:

1

Puntas de pie
la bailarina gira
el mundo sueña.

2
Rayos de sol
verdes que se estremecen
uvas que brillan

3
Mieles moradas
uvas que se derraman
dulces promesas

4

Agua de lluvia
universo encerrado
en cada gota.

5

Dicen mi nombre
tus palabras desnudas
y yo renazco.

6
Amaneceres.
Retorno de las luces
y la esperanza.

7

Atardeceres.
Lejanía del alma
y sus recuerdos.

8

Anocheceres.
Irresistible encanto
de los misterios.

9
Noche profunda
encierra los secretos
que mi alma busca.

10

Poemas tristes
versos de madrugada
poquita cosa.



sábado, 29 de agosto de 2009

Descubriendo la maravilla


Como cierre de mi segundo seminario sobre literatura infantil de Lidia Blanco y Alicia Origgi escribí un trabajo sobre El árbol de lilas, de María Teresa Andruetto. Aquí van algunos fragmentos. El trabajo es bueno, pero el libro lo es mucho más. Lo recomiendo.

"Mi primer contacto con El árbol de lilas fue oral. En una peña organizada por un grupo de amigos, una narradora contó este cuento. Creo que esta primera experiencia y el hecho de haberlo incorporado a mi propio repertorio (yo también soy narradora) me proporcionó una línea de lectura estrechamente vinculada al texto, a sus palabras, a sus silencios, a sus ritmos, a sus sugerencias. Mucho tiempo después llegó a mis manos el libro editado por Comunicarte e ilustrado por Liliana Menéndez. La primera impresión, debo admitirlo, fue chocante. La imagen, aunque muy bella, “hacía ruido”, la distribución a lo largo de las páginas alteraba el ritmo del texto, las voces de los personajes, que tan minuciosamente había trabajado yo para la “puesta en oralidad”, parecían diluirse en un universo de significados. El relato, como materia de narración, tal como yo lo había experimentado hasta ese momento, parecía perder fuerza, eficacia. Esta sensación me decepcionó. Pero también fue muy movilizadora, porque despertó la necesidad de investigar las razones de este efecto: ¿por qué un libro ilustrado con tanto esmero y editado con tanta calidad, seguramente con el objetivo de ofrecer al lector un exquisito producto artístico, producía en mí esa decepción? Algunas lecturas que guiaron este trabajo y que ayudaron a correr ciertas veladuras culturales que me conducían a cortas y tal vez recurrentes interpretaciones, contribuirán a responder esta pregunta."

". . . justamente por ser tan potente, tan intensa, tan llena de sugerencias, por captar con maestría algunos misterios del alma humana y ofrecérnoslos bellamente representados, El árbol de lilas busca lectores curiosos, imaginativos, deseosos de experimentar emociones, de activar su mundo interior, capaces de volar con los pies de alas, es decir, personas sensibles de cualquier edad. Creo que en esto se manifiesta la representación de infancia y adolescencia que tienen las autoras: un niño, una niña, un adolescente activos, situados en el mundo, conscientes de quiénes son, con capacidad de preguntarse por sí mismos, de conocerse, de crecer integralmente, tareas importantísimas en la infancia pero no exclusivas de este período, sino portadoras de gran riqueza a lo largo de toda la vida. Tal vez un lector infantil pondrá más atención en analizar los comportamientos de los personajes o los ribetes de aventura que puede ofrecer el viaje de la protagonista. Un lector adolescente estará más atento a la evolución de los sentimientos y el ejercicio de las libertades. Y un lector adulto probablemente se pondrá en contacto con experiencias vividas o deseadas. La intensidad del texto, de los textos, escrito y visual, activa, compromete en el acto de la lectura aspectos íntimos, “autobiográficos”, de los lectores potenciales de todas las edades."

domingo, 2 de agosto de 2009

A mis amigos artistas . . .


. . . esos que tantas veces han coqueteado con el arte. Y lo seguirán haciendo pese a todo porque es una forma de vivir, una marca de identidad.


Scherezada

Está enamorada del asesino que la obliga

noche tras noche a exprimir su memoria

de la ancestral leyenda multiforme extensa

para salvar por un momento su indefensa vida

y mientras cuenta y cuenta Scherezada

el Califa la besa y la acaricia lujurioso

y ella tiene que seguir entreteniéndolo contando

porque el verdugo espera en cada madrugada

está amerced de quien la oye emocionado

pero no levanta la sentencia de muerte.

El artista tiene siempre un mortal enemigo

que lo extenúa en su trabajo interminable

y que cada noche lo perdona y lo ama: él mismo.


Raúl Gomez Jattin, colombiano (1945-1997)

viernes, 17 de julio de 2009

Literatura . . . ¡y basta!

Mucho se discute si existe o no la "literatura infantil" y, en caso de que exista, cuáles son sus alcances, cómo dividirla en edades de acuerdo al destinatario, qué temas debe o no debe tratar, etc.
Creo que sería mucho más sencillo hablar de "literatura sin adjetivos", como nos propone María Teresa Andruetto, y priorizar la calidad, el arte, que solo los buenos escritores son capaces de ofrecernos para apelar a nuestras emociones, a nuestros recuerdos, a nuestras zonas íntimas. Es allí donde la magia se produce cada vez que un texto conmueve al lector, independientemente de su edad. Y como muestra, va este cuento de Alicia Origgi, destinado a lectores de ¿qué edad? Que cada uno conteste la pregunta, si puede.

El umbral.

Alicia Origgi

Mi vida transcurre mansamente en este refugio tibio. No tengo registro del tiempo. Las corrientes fluctuantes pasan a mi alrededor. Cluc, cluc, cluc. La oscuridad es materia flotante. Prrrr…Prrrr…Prrr… ¿qué pasa? Pasa un temblor que poco a poco se convierte en una vibración Prrr… Prrr… Esta sensación hasta hoy me tranquilizaba; algo en mi mundo es previsible, ese palpitar que se repite constantemente tuc, tuc, tuc me consuela en el silencio.

Mmm.. mmm… qué suave…me puedo extender hasta los bordes de mi encierro. Ahí la frontera se dilata. Me parece que tengo compañía en este silencio. Prrr..Prrr.. Prrr…Tal vez son varios. ¿Qué oigo? Tuc, tuc, tuc. Los latidos se repiten monótonos perfectamente sincronizados, tuc, tuc, tuc, ahora sí, estoy seguro de tener compañía. Nos movemos en el líquido oscuro y silencioso de aquí para allá. Pero hay una frontera, estoy seguro de que hay una frontera.

De a poco mmm, mmm me vienen ganas de extenderme, me encuentro incómodo donde antes disfrutaba dejarme llevar. Pam, pam, pam, algo nuevo dentro de mí se abre paso y me obliga a confrontar. Necesito buscar los límites, enfrentarlos.

Rrrr, Rrrr, Rrrr, el espacio se va reduciendo día a día. GLL, GLL, GLL, los líquidos se agitan hurgando en los intersticios de mi mundo perfecto.

Nuevas sensaciones inquietantes se suceden vertiginosamente. Hush, hush, hush, se desata un movimiento que me agita dentro de lo oscuro. Hush, hush, hush, navego envuelto en ondas que me arrastran, algo adentro mío empieza a crecer. Hush, hush, hush, empiezo a topar con las paredes. Presiento otros vaivenes. Algunos parecen angustiados. Somos varios respirando todos juntos. Hush, hush, hush El medio está muy revuelto. No podemos escapar. Debemos seguir la ruta que marcan las corrientes subterráneas. Chocamos contra la frontera una y otra vez. Más y más rápido.

En la última sacudida, envueltos en el torrente, atravesamos impetuosamente todos los obstáculos. Flusssssssssssssssssshhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

Una luz cegadora. Estamos afuera.

Miauuuuuuuuuuuuuuu.Miauuuuuuuuuuuuuuuuuu: Miauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu.

Un mundo lleno de colores vibrantes y de sonidos chillones.

Miauuuuuuuuuuuuuuu.Miauuuuuuuuuuuuuuuuuu: Miauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu.

Los ruidos me asustan.

Dicen que mi mamá quedó exhausta por el esfuerzo. Sin embargo, nos fue lamiendo uno por uno, después de comer la placenta. Puajj, qué asco me dan los otros. Somos cinco parecidos, llenos de un pelo tibio, revueltos en líquido amarillo.

Todo es demasiado luminoso para mí y bastante áspero. La lengua de mi madre, el rozar de la tela que nos cobija, los otros cuerpos hechos un ovillo. Recién ahora empiezo a percibir aromas. Eso me gusta un poco más, me siento cansado, quiero a mi mamá para mí solo.

Miauuuuuuuuuuuuuuu.Miauuuuuuuuuuuuuuuuuu: Miauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu.

La lucha por la vida acaba de empezar.

domingo, 12 de julio de 2009

De imágenes y palabras

Así como no es casual el encuentro entre un libro y sus lectores, tampoco lo es entre la obra plástica y sus espectadores. Si me encontré con la obra de Ernesto Pesce en en el Centro Cultural Recoleta no fue por caualidad sino porque, sin duda, mis pasos debían encaminarse hacia ese preciso lugar en ese preciso momento para vivir esa experiencia intensa, esa emoción que provocan sus texturas, sus colores profundos, sus formas sorprendentes. Seguramente el poema podrá explicarlo mejor:


Agua I

a Ernesto Pesce

Derivarme a la deriva
en tu universo de verdes
aguas
profundidades
hilos que entrelazan pasos
perdidos
en la inmensidad del instante
fortalezas ambiguas
sobrellevando el peso de sus débiles contornos
enfrentados al abismo
intangible

del espacio

martes, 7 de julio de 2009

Elogio de la brevedad

Recordando esta tarde a Don Mario, el poeta entrañable, encontré (recordar es, de un modo u otro, buscar) algunos de sus haiku:

La poesía
dice honduras que a veces
la prosa calla

Hay pocas cosas
tan ensordecedoras
como el silencio

Óyeme oye
muchacha transeúnte
bésame el alma

Drama cromático
el verde es un color
que no madura

Ola por ola
el mar lo sabe todo
pero se olvida

Botella al mar
esa que esperan todos
y está vacía


A pesar de la exigencia, formal y conceptual, del haiku, es imposible no reconocer el espíritu de Mario Benedetti en estos bellos y breves poemas.

lunes, 6 de julio de 2009

Oda a la clase de literatura

Receso invernal. Tarde de lluvia. Tiempo lento,propicio para reencontrarse con papeles viejos. Y entre ellos, una joya: este poema escrito por dos alumnas, hace ya ¿cuántos años? ¿ocho? ¿diez? Ojalá, Daniela, Natalia, por esas cosas de la vida, lean este blog y se sorprendan al descubrirse adolescentes en pleno ejercicio de la palabra:

Imposible.
No se tocan, se oyen.
Fluyen del espíritu,
perfuman el aire con sus frases
como un murmullo que acaricia
y abre la puerta del alma sosegada.

Caminos al recuerdo que vienen del mañana
el tiempo se detiene, se extingue
y recorre la curva del planeta.
Me cuenta historias de tristezas y alegrías
de amores encontrados
de almas perdidas
de sitios olvidados
de pasiones que se esfuman
en miles de noches frías.
Y sus palabras me besan, me abrazan
hacen poesía.
Como un fuego que corre y canta
agua que crea.

Y las páginas se unieron como plumas
y volaron las alas de los libros
recorriendo recovecos de siete mundos olvidados
trayendo a la memoria tesoros del pasado
convirtiéndolo todo en historia y fantasía
que se mezclan, que se tocan, que convencen
y que se elevan en un vuelo infinito
a las alturas tan inmensas del cielo.

Así son, inmensas fuerzas creadoras
que te dicen: "llámalos y vendrán
héroes y minerales
la rosa del amor
la voz del fuego
la frescura del viento
todo vendrá a tu lado".

Palabras que se cruzan en miles de caminos
formando laberintos que llaman al destino
que inspiran tu alma, que atraen tu espíritu
dejando volar tu imaginación hacia el infinito.

Te ponen alas.
Y vuela.
Color del texto
Y vuelan.
Vuelas . . .



Daniela Pasquali y Natalia Saulo
3º Polimodal, T. M., Cristo Obrero

sábado, 4 de julio de 2009

Celebración de la palabra

El miércoles 1 de julio se realizó una jornada de estímulo de la lectura y la escritura en la E.G.B.A. Nº 702 de Morón, a la que tuve el honor de asistir como escritora y narradora invitada. Fue una verdadera celebración de la palabra. Hubo poesía, cuentos, lecturas, narraciones y hasta un rico mate cocido, calentito, para reconfortar la garganta y el corazón. Lo más importante, lo más emocionante fue, sin duda, el enorme trabajo que habían realizado previamente los alumnos de la escuela, acompañados por sus maestros, y que estaba bellamente exhibido el salón de actos: cuentos, entrevistas, haikus, frases alusivas y la valentía de algunos de pararse en el frente y leer en voz alta frente a todos los asistentes, para admiración de sus compañeros y emoción incontenible de sus maestras.
La yapa: conocí a Norma Lugo, periodista y narradora exquisita con quien compartí la contada de esa tarde magnífica, que seguramente dejará huellas en la memoria de todos los participantes.

sábado, 27 de junio de 2009

Insomnio productivo

Ese despertar repentino que atraviesa el sueño como una flecha y que nos deja disgustados, molestos con nosotros mismos y con la cama que no queremos abandonar pero que al mismo tiempo nos expulsa, puede ser la ocasión, muchas veces negada durante el día, de escribir. Así nació este poemita que inicia hoy su camino hacia el mundo.

Irrumpe la luz sobre las cosas.

Parpadeo.
Los objetos se refugian en sus formas.
Y yo me despido
-me desgarro-
de esta que soy entre las sombras
-caballo volador
mariposa hambrienta de aleteos-
y que la luz disipa
indiferente.

sábado, 20 de junio de 2009

El Manifiesto Universal por los Derechos de las niñas y los niños a la Oralidad y a los Cuentos

Francisco Garzón Céspedes (Cuba/España) presentó en la Feria del Libro de Madrid este manifiesto con el auspicio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Aquí va el último párrafo:

Todas las niñas y todos los niños tienen derecho a esperar que, muchas veces y sin tener que pedirlo, los adultos, madres y padres, abuelas y abuelos, tías y tíos, entre otros de la familia o de la amistad; en salones y dormitorios, cocinas y comedores, portales, patios y terrazas, aulas y salas de lectura, parques y plazas y campos y playas; les cuenten oralmente recuerdos y anécdotas, y les cuenten los más disímiles argumentos, les digan refranes y máximas, dichos y pensamientos, para que cualquier espacio sea un espacio de oralidad y de comunicación humana donde juglares de la ternura encuentren en su conciencia y en su memoria, en su razón y en su corazón, las palabras que completan y expanden, las palabras que curan y salvan, las palabras de la felicidad y de la alegría, las palabras de los criterios, las sensaciones y los sentimientos, las palabras de la lealtad, la dignidad, la tolerancia, la fraternidad y la libertad, las palabras del amor y la solidaridad y la amistad y la generosidad, las palabras bienintencionadas y bienhechoras del mejoramiento humano. La oralidad es la suma de la vida.


domingo, 24 de mayo de 2009

Despedidas

Me toca en este tiempo despedir a seres entrañables que han dejado huella en mí. En homenaje a ellos va este poema:

. . .y un día saldrán volando
desde el fondo de las sombras
dos últimas palomas

girarán en espiral sobre el lomo atigrado de los años

revelarán por fin
las huellas escondidas en el hueso

y se desvanecerán serenamente
en espuma, en polvo, en lluvia de recuerdos
y de olvidos.

Otra de Mario

Un poema premonitorio de alguien que trató a la muerte y la vida con la misma naturalidad:

DESMORIRSE

Cuando muera quisiera desmorirme
tan sólo por un rato para ver
como el mundo se lleva con mi ausencia
Color del texto
a los que lloren les daré un pañuelo
a los que rían un bol de ceniza
indiferencia a los indiferentes

cuando muera quisiera desmorirme
y visitar de nuevo a mis compinches
a los sobrevivientes por supuesto

y preguntarles las poquitas cosas
que se fueron quedando en el tintero
o que neutralizó el silencio turbio.

Mario Benedetti

lunes, 18 de mayo de 2009

Se nos fue Mario

Con la sencillez y la moderación de los grandes, Mario Benedetti, un buen día (ayer, 17 de mayo), nos hizo su último guiño, juntó sus cosas más esenciales (su nobleza, su corazón coraza, su honestidad, su ternura, su compromiso) y se fue silbando bajito, casi como para despistar. Casi como para que no se nos notara este vacío, esta horfandad que nos deja. Y, sin embargo, por esas cosas que tiene el arte (el arte de vivir y el arte de la palabra), resulta que todo lo que se lleva, porque en buena ley le pertenece, nos queda multiplicado en su testimonio imborrable de hombre cabal y en su bagaje de palabra poética. Siempre será para quienes lo admiramos alguien que se animó a ser, tanto en la vida como en la literatura.


Un poema para homenejearlo:


Corazón coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

domingo, 3 de mayo de 2009

Más poesía

Mi amigo el escritor Eduardo Dayan me acercó estos poemas de María Rosa Mo. Me parecieron muy bellos. En un estilo despojado, trasmiten una búsqueda profunda de lo que está del otro lado de la trama. Sugieren actitud de entrega. Vale la pena compartirlos:

/Murió la abuela y en el pecho un dolor escarlata. No es por ella. Mi padre ha llorado. Nunca llora mi padre. La muerte pasó cerca. Atravesó los ojos de mi madre. Una mujer de la familia ha muerto. He dejado de ser inmortal. /

(de Alba).

*

En cuclillas espero
el recorrido de tu cuerpo
mano que hunde el vacío
estás y no
te encuentro
dentro de mí
habita un fantasma.

*

Sus manos tocan con suavidad
el tallo donde estoy
anclada roza uno a uno
los pétalos que sostienen
toma mi olor como un regalo.

*

Quiero darte de comer
preparar con sal con agua con tomillo
lo que sabe a mi cuerpo.
Brindar con una cucharada de sopa
esto de tenerte.
Volverme hogaza
partirme en dos
regar con vino el olor que nos consuma
fundir mi cintura en una olla.
Que un chasquido de fuego
ilumine esta ofrenda.

(de Eso que fluye)

Un adelanto

Mientras llega la publicación de mi tercer libro (estas cosas llevan su tiempo) va un adelanto:

El agua cruje
bajo la cruel pisada del tiempo.

El alma cruje
desde el hondo trepidar del verso.

El agua se quiebra en pedazos de alma.

Solo el verso
con su inocencia de palabras
estalla
en gritos verdaderos.

14º Encuentro Internacional de Narradores


Los días 1,2 y 3 de mayo de realiza el 14ºEncuentro Internacional de Narradores organizado por la Fundación El Libro en el marco de la 35º Feria del Libro de Buenos Aires. Tuve el honor de ser invitada a narrar algunos cuentos junto a tres narradoras argentinas, Cristina Villanueva, María de los Ángeles Manna y Patricia Orr, y un narrador español, Xabier Puente Docampo. El espacio fue coordinado por la prestigiosa Ana Padovani. Fue un encuentro de amor, comunicación y disfrute en el compartir. Mi gripe (argentina, ¿eh?) no me impidió participar con energía. ¿Será la adrenalina por la situación de exposición ante el público, como algunos me dijeron? Yo prefiero pensar en la magia de los cuentos, que tienen el poder cierto de suspender las leyes del mundo por un rato y sumergirnos en sus propios universos, absolutamente inmunes a todo virus conocido. Lo único contagioso allí es el encanto que la palabra provoca y que puede llevarnos en andas por el territorio de las emociones, del humor, del misterio más hondo. No sé si soy narradora, poeta, escritora, comunicadora. Esos son apenas rótulos. Pero tengo muy claro lo que aspiro a ser, porque es la llave mágica que deriba muros, que construye puentes, que restaura corazones: artesana de la palabra.

viernes, 24 de abril de 2009

Elogio del libro

Ayer se inauguró una nueva edición de la Feria del Libro de Buenos Aires. El momento es oportuno para reflexionar sobre el lugar que ocupan los libros en nuestra vida. La cita, encantadora, es de Michelle Petit:

"Los libros son acogedores y nos permiten sobrellevar los exilios de los que se compone cada vida, nos permiten pensarlos, construir nuestras moradas interiores, inventar un hilo conductor para nuestras historias, considerarlas con humor, reescribirlas día a día. Y a veces nos empujan a atravesar océanos, llevados por el deseo y la fuerza de descubrir paisajes, rostros jamás vistos, otras tierras, donde otros encuentros serán quizás posibles. Abramos, por lo tanto, las ventanas; abramos los libros."

domingo, 19 de abril de 2009

II Antología de Poetas de Morón

Ayer, sábado 18 de abril, se presentó en la Biblioteca Municipal la II Antología de Poetas de Morón. El encuentro fue cálido e informal y contó con la presencia de la poeta María Amelia Díaz y del escritor Alberto Ramponelli, antólogo y prologuista. La obra reúne a veintidós autores de estilos, poéticas y visiones de mundo diferentes, pero todos reunidos en torno al supremo mandato de la poiesis, es decir, del hacer con las palabras. Es verdaderamente un esfuerzo notable por parte del municipio ofrecer a poetas de la zona este espacio de difusión y reconocimiento y hacer llegar a los lectores una obra de esmerada elaboración en todos sus aspectos: gráfico, conceptual, formal y material. Los poetas, agradecidos. Los lectores, deberán "pasar y ver", juzgar por sí mismos la calidad de la obra y, lo más importante, completar, con su lectura única, irrepetible, el mensaje cifrado y volver a echarlo al mar de la palabras para que siga su viaje incesante, fluctuando siempre entre la fugacidad y la persistencia.

lunes, 13 de abril de 2009

De pesos y medidas


Por mucho que avance la civilización y la cultura , todavía no ha podido superarse la sabiduría popular contenida en los refranes. ¿Quién no ha experimentado alguna vez que, efectivamente, y más allá de los buenos deseos, no hay mal que por bien no venga? A mí me tocó experimentarlo dos veces en esta semana y eso me hace pensar que hay una verdad esperando ser develada en esos hechos aparentemente insignicantes pero que, relacionados, pueden provocar interpretaciones interesantes.
El miércoles fui a ver mi médico, el Dr. Shultz, a quien jamás podré agradecerle debidamente que me haya liberado de mis migrañas. Ese temible mal me trajo como consecuencia el bien de conocerlo. En esta ocasión fui a verlo por el otro gran ogro devorador: el insomnio. Por supuesto, antes de darme la pastillita de rigor, me preguntó qué me pasaba, cómo estaban mis asuntos personales. Como buen científico que es, no se conformó ante mi respuesta de que todo estaba en prefecto orden, sino que siguió indagando y allí surgieron algunas cuestiones, ni todas buenas ni todas malas. Su respuesta fue más eficaz para mí que el alplazolam:”No hay que subestimar las emociones”. Esas palabras quedaron resonando en mis oídos por varios días.
El viernes fui aparticipar del Vía Crucis organizado por la Parroquia Virgen de las Flores, a cargo del P. Jorge Oesterheld, cuyo profunda valoración de la dimensión humana le permite abrir el camino más directo para provocar el encuentro entre Dios y los hombres.
Es una experiencia muy fuerte por el modo en que se organiza, haciendo participar a familias e instituciones del barrio y además entregando la cruz de Cristo a una persona distinta en cada tramo del recorrido. Me ofrecí a llevarla entre dos estaciones. En el momento en que la recibí, por error del que la entregó o por negligencia mía al no calcular la relación peso/altura o por tener las manos demasiado débiles, la cruz estuvo a punto de caerse. Gracias a Dios y a los reflejos de todos, pudimos evitarlo. Pero el episodio, trivial en el conjunto de hechos ligados a la Semana Santa, me dejó pensando, asociado a las palabras del Dr. Shultz. ¿Es que yo había tomado la cruz a la ligera, había subestimado su peso? Este pequeño mal, este pequeño bochorno, redundó en el gran bien de la reflexión sobre los hechos. Sin duda, no es poca cosa subestimar la cruz. Las cruces que nos tocan, sean grandes o pequeñas, demandan su dosis de dedicación y compromiso. Tal vez, la causa de muchos desequilibrios, de muchos dolores haya que buscarla en la tendencia exitista a minimizar los obstáculos, se llamen emociones, limitaciones, impedimentos, fracasos, frustraciones, enfermedades. Si detenerse en la lamentación y en la propia desconfianza paraliza, la negación de nuestras cruces nos impide tener criterio de realidad. Como en la mayoría de las cosas, el equilibrio probablemente esté en el punto medio: analizar con la mayor certeza posible nuestra realidad y actuar con la mayor pasión posible sobre ella.

viernes, 10 de abril de 2009

Carta abierta a Sherezhada, maestra de narradoras



Quiero llamarte "señora de la alquimia" por el poder que la magia de tu voz le dio a las palabras.
Soy una de las tantas que, a lo largo de los siglos, tomaron tu ovillo y, pacientemente, fueron desovillando una, dos, tres, diez vueltas. Una de las tantas que, a lo largo de los siglos, se hicieron discípulas de tu arte, de tu voz, de tu temple, de tu valentía. Una de las tantas que quedaron asombradas ante tu determinación y tu coraje. ¿Cómo no admirar la seguridad con que comprendiste y asumiste tu lugar, a pesar de todos los riesgos, para erigirte como la única, la salvadora? ¿Cómo no admirar tu estrategia perfecta y tu táctica minuciosa? ¿Cómo no deslumbrarse con tu imaginación inagotable, que, no por profusa y necesaria, se volvió hueca o pasatista sino que siempre aprovechó la ocasión para denunciar, de una forma u otra, la condición de tus hermanas?
Debo decirte que, si bien tu obra fue heroica y bella, las cosas en el mundo no están tan bien como quisieras y quisiéramos. Las mujeres no hemos alcanzado todavía el estatus de dignidad que nos corresponde por naturaleza. Ciertas tradiciones opresivas, por un lado y la carrera consumista, por el otro, han inventado muchos cuentos pero, a diferencia de los tuyos, no son bellas historias de ficción, claves para pensarnos y pensar nuestras vidas, mapas para recorrer los mundos internos; no, son tergiversaciones deshonestas, engaños más o menos disfrazados, trazos que nos desdibujan, nombres que nos despersonalizan. ¡Y pensar que querías liberar a las hijas de los musulmanes! Por el contrario, estamos hoy todas (o casi todas, demasiadas) “globalizadamente” sometidas a nuevos o viejos tiranos. Y, sin embargo, tus cuentos siguen resonando en los oídos de grandes y chicos de cualquier parte del mundo. Tu estatura de maestra sigue enseñándonos verdades sutiles pero poderosas: todavía hay mucho por hacer y muchos cuentos por contar. Porque mientras haya vida habrá cuentos y mientras haya cuentos habrá vida.

miércoles, 8 de abril de 2009

Regresar

Regresar a mi entorno
y a mis días
después de un lento exilio
de ajenidades y silencios

y encontrarte sin buscar

en las entrañas de la voz.

jueves, 2 de abril de 2009

Un texto de fabián Vique


Mi amigo Fabián Vique es un experto en microrrelatos. Tienen muchos y muy buenos. Algunos me resultaron tan irrestibles que no pude evitar narrarlos más de una vez. A modo de muestra:

Un flor cada día
Según las creencias de los antiguos quiyús, si alguien deja cada día una flor sobre la tumba de la amada, al cabo de un cierto número de días (la cifra es secreta), la amada se levanta de la tumba, le revela una verdad al amado y regresa a la tierra. Así lo hice. Durante años, cada día, con sol o con lluvia, con nieve o con escarcha, dejé una flor sobre la sepultura donde descansa el cuerpo de Cristina. Hoy, finalmente, apenas dejé la orquídea, la tierra se abrió y mi amada, resplandeciente y lozana, se elevó sobre la grava, me miró gravemente y me dijo: -¡Vos siempre igual, Mauricio, seguís perdiendo el tiempo con supersticionjes ridículas! ¿cuándo vas a sentar cabeza? Me miró con desprecio y volvió a la tumba.

La hermanita perdida

Como homenaje a los caídos y veteranos de Malvinas, rescato este poema de Don Ata:

La hermanita perdida
(Atahualpa Yupanqui)

De la mañana a la noche,
de la noche a la mañana,
en grandes olas azules
y encajes de espuma blanca,
te va llegando el saludo
permanente de la Patria.

Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.

Amarillentos papeles
te pintan con otra laya.
Pero son veinte millones
que te llamamos: hermana ...
Sobre las aguas australes
planean gaviotas blancas.
Dura piedra enternecida
por la sagrada esperanza.

Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.

Malvinas, tierra cautiva,
de un rubio tiempo pirata.
Patagonia te suspira.
Toda la Pampa te llama.
Seguirán las mil banderas
del mar, azules y blancas,
pero queremos ver una
sobre tus piedras, clavada.
Para llenarte de criollos.
Para curtirte la cara
hasta que logres el gesto
tradicional de la Patria.

Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.


Es muy fuerte la emoción para quienes han vuelto a las islas años después de terminada la guerra. De lecturas y conversaciones al respecto, con el R.P. Jorge Oesterheld en especial, surgió este poema:


“La primera sensación es el viento en la cara. Momentos después se siente la tierra a cada paso, y la emoción . . . “
P. Jorge Oesterheld, Soplar sobre la herida



Viento blanco soplando
sobre la tierra herida
múltiples reclamos de dolor
incendiando el horizonte.

¿Qué de nosotros se consume
en ese fuego de sangre?

¿Cuánto de alma se atraviesa de pena
en ese bautismo de hielo?



martes, 24 de marzo de 2009

Serás mi hermano

La palabra, la música y las voces (la de Patricia y la mía) se unieron el sábado 21 de marzo en la Plaza San Martín de Morón para dejar nuestro mensaje de paz. En un acto por la memoria, en homenaje a las víctimas de la represión militar, quisimos hacer nuestro aporte desde el arte que es creación, vida, esperanza, camino y, por lo tanto, está cargado de futuro. Narramos cuentos, recitamos poesías, nos emocionamos, nos divertimos; hubo música de la buena (Bach, entre otros) acompañando los textos y un musicalizador de lujo, Luis, que hizo maravillas para que todo saliera a la perfección. Gracias a los organizadores por invitarnos. Gracias al público por su calidez. Gracias a Patricia y a Luis por compartir un momento inolvidable.

21 de marzo, Día de la Poesía

Es difícil elegir un texto, un poema, en el vastísimo universo de las palabras y de los poetas. Seguramente uno elige, más allá de los gustos personales, según la emoción o las circunstancias que va viviendo cada vez. Este año, en este día, pensé en Juan Gelman, poeta intimista, original.

Otros hechos
no me voy solo cuando salgo de vos
y parto en dos la noche
rodeado del temblor de tus brazos
alrededor de un hombre
que anda solo de vos

En su homenaje escribí hace unos años:

La palabra finalmente
será el único rescate.
Que me rescates te digo
que me salves.
La palabra por fin
aguda y ritual
el último puñal
que descubre y que libera.
Porque debajo
debajo
de las hambres del tiempo
hay un fuego secreto
hay un mar calcinado
hay un nombre indecible
hay signos tallados
en el interior de las almas.

domingo, 8 de marzo de 2009

En el día de la mujer


La tierra representa lo femenino por su fecundidad, por su entrega generosa, por su mansedumbre. Encontré este poema de Manuel Castilla y me pareció tan bello que no pude evitar compartirlo:

Esta tierra es hermosa

Esta tierra es hermosa.
Crece sobre mis ojos como una abierta claridad
asombrada.
La nombro con las cosas que voy amando y que me
duelen:
montañas pensativas, lunas que se alzan sobre el
chaco
como una boca de horno de pan recién prendido.
yuchanes de leyenda
en donde duermen indios y ríos esplendentes,
gauchos envueltos en una gruesa cáscara de silencio
y bejucos volcando su azulina inocencia.
Todo eso quiero.
Y hablo de contrapuntos encrespados
y de lo que ellos paran virilmente sangrientos
cuando el vino en la muerte es un adiós morado.

Esta tierra es hermosa.
Déjenme que la alabe desbordado,
que la vaya cavando
de canto en canto turbio
y en semilla y semilla demorado.
Ocurre que me pasa que la pienso despacio
y que empieza a dolerme casi como un recuerdo,
y sin embargo, triste, la festejo.
Mato los colibríes que la elogian
como quien apagara los pétalos del aire,
hondeo como un niño ángeles y campanas
y cuando así, dolido, la desnudo, cuando así la lastimo,
me crece, ay, una lágrima en la que apenas si me
reconozco.

Digo que me le entrego.
Digo que sin saber la voy amando,
y digo que me vaya perdonando
y en un perdón y en otro que le pido
digo que alegremente voy sangrando.

domingo, 1 de marzo de 2009

¿Quién quiere firmar?


En la dulce voz de mi amiga narradora y poeta Patricia Morante recuperé este poema del entrañable Juan Gelman. ¿Quién dijo que la palabra no es un arma poderosa? Aunque no lo escribí hago mío este llamamiento. ¿Alguien quiere añadir su nombre?


LLamamiento contra la preparación
de una guerra atómica

Voy a firmar aquí porque me digo
que es bueno andar con la sonrisa entera,
silbar bajito una canción cualquiera,
tener un perro, un árbol, un amigo.

Voy a firmar aquí con el testigo
del cielo azul sobre la lapicera,
porque me acuerdo de una primavera
que se coló una vez por mi postigo.

Voy a firmar aquí porque mo toco
el corazón creciendo poco a poco
por este amor que brota de mi hueso.

Voy a firmar aquí contra el espanto,
por la paz, por la vida, por el canto,
por el gorrión que vuela cuando beso.


Juan - Ana

sábado, 21 de febrero de 2009

Los cuentos trasmiten valores


Otra de Boni:
"Como cualquier obra de arte, el cuento encierra un aspecto estético que emociona, porque sirve a la palabra que abarca poesía, capacidad de seducción y musicalidad; el cuento es bello y habla también de los sentimientos y de las emociones, de los problemas y de las angustias del ser humano."

El narrador oral

Mi amigo narrador Boniface Ofogo Nkama escrbió un bello libro, Una vida de cuento, del cual extraigo estas palabras:
"El narrador oral interpela al público, le habla de tú a tú, de corazón a corazón; hace que la palabra cobre vida y emotividad; improvisa, recoge el aliento y el estado de ánimo del público; a través de la narración oral de un cuento, ya sea literario o de tradición oral, siempre descubriremos el encanto y la personalidad del que lo está narrando, por el acento que le imprime a determinado aspecto de la historia. Ningún narrador cuenta el mismo cuento de la misma manera que otro narrador, porque siempre surgirán matices derivados de la sensibilidad, de la subjetividad, de las percepciones, de las convicciones, de los valores, de los intereses personales e incluso de la ideología política. Cuando contamos una historia, estamos dando nuestra lectura de la misma. Quien cuenta un cuento primero tiene que hacerlo suyo, apropiárselo, "domesticarlo" e imprimirle sus emociones, sus propios sentimientos, para luego regalárselo al otro, al que lo escucha. Además de un oficio, contar cuentos es un acto de generosidad. Y escucharlos, un acto de complicidad".

viernes, 20 de febrero de 2009

domingo, 15 de febrero de 2009

Haiku


¿Les gustan los haikus? ¡Qué extraordinario poder de síntesis y de belleza! Con pudor comparto este puñadito para que ustedes también aporten los propios o los que fueron recolectando por ahí. El propio Borges y hasta Benedetti han escrito haikus.

I
Dicen silencios
tus ojos cerrados
sobre la almohada.

II
Surcan mi cara
los abrazos del tiempo
y expanden mi alma.


III
Árboles en invierno
silencio de ramas
y de nidos.


IV
Lirios de la fuente.
Duerme la tarde
en los brazos del aire.


V
¿Amas, corazón,
eternamente?
Apenas un parpadeo.


VI
Vibración del agua
herida de intemperie
huellas desnudas.

sábado, 14 de febrero de 2009

Album familiar

Nada mejor para la sobremesa del domingo que ir pasando de mano en mano el álbum de fotos y tratar de descubrirse unos a otros en el bebé de pelusa enrulada, en el chico que anda en triciclo por el parque, en la adolescente de vincha rayada y mirada provocativa o en la joven con panza de siete meses, que finalmente rsultó ser la abuela Teresa. El juego consistía en rastrear a un miembro de la familia cada vez. Y "cada vez" era el primer domingo de mes, cuando toda la familia se reunía en casa de tía Matilde, alrededor de la gran mesa de roble, para intercambiar novedades, criticar a algún pariente díscolo y compartir los infaltables capelletis que la abuela Mercedes se enorgullecía de amamsar, rellenar y dejar descansar durante tres días. Rosita e Inés se lucían con los potres, cada vez más exquisitos y más sorprendentes, como esa torre de tejas dulces sumergida en una fuente de mousse de frutilla y menta y bañada con chocolate y castañas; o esa isla flotante de limón iluminada por dentro con velas celestes y rosadas. Los hombres elegían los vinos y los descorchaban orondos, frente a mujeres y niños, con orgullo de enólogos y expectativa de catadores.
Pero en el fondo, todos, grandes y chicos, esperaban el gran momento. Quién sabe si hubieran prosperado los almuerzos de no haberse instalado en la familia el ritual obligado del juego del álbum. Y daba para mucho ese juego. Más de mil quinientas fotos, ordenadas cronológicamente con toda precisión permitían prolongar el entretenimiento y aun encontrarle variantes insólitas a lo largo de los meses: descubrir, por ejemplo, qué marca de cigarrillos fumaban Roberto y Juan Carlos, junto al primo Rodolfo, a escondidas de los padres y hermanos mayores. Si era necesario se acudía a una lupa para ver, sin lugar a dudas, todos los detalles, como la impresión que había causado el nuevo novio de Nené a juzgar por las miradas de hermans y primas que, con o sin disimulo, habían quedado congeladas en las fotos.
Probablemente la primera en notar el cambio fue Marceliana, un domingo a la tarde, cuando ya se habían ido casi todos y a ella se le ocurrió mostrarle su foto de casamiento a una amiga de la hija. Pasó las hojas de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante sin encontrarla. No podía ser que faltara esa foto. En el tercer intento, algo parecido a lo que buscaba la llamó la atención. Los personajes eran los mismos, ella y Antonio tomados del brazo; pero no había vestido de novia , ni traje de gala, ni cutis lozanos. Estaban vestidos con ropas domésticas, llevaban pantuflas de lana y tenían la cara y las manos plegadas por numerosas arrugas pequeñas que les daban un aire ajeno. Marceliana se quedó mirando un rato esa extraña fotografía que la mostraba junto a su esposo, pero treinta años más tarde. No dijo nada en el momento. Cerró el álbum con una excusa y lo volvió a poner en su lugar, sobre la mesita ratona.
Poco a poco el resto de la familia fue advirtiendo la novedad. Aunque nadie se animara a reconocerlo públicamente, lo cierto era que el álbum ya no les mostraba su pasado; ahora les adelantab el futuro. Al principio resultó una nueva forma de jugar en secreto. Tobías quería saber qué le iban a regalar para su cumpleaños número ocho. Aventuraba algunas opciones y después corría al álbum para comprobar una y descartar las otras o sorprenderse con algo inesperado. ¿Recibiría Matías el premio en el concurso de aeromodelismo? ¿Se ganaría Susana el viaje a Orlando? ¿Luciana se casaría con Alejandro o con Andrés? Las preguntas se multiplicaban de modo extraordinario. Ya no era posible esperar al primer domingo de mes. Todos los días, en cualquier momento, alguien se aparecía por lo de Matilde para "hojear un ratito el álbum" y desaparecer luego sin hacer comentarios. Seguramente, un observador atento hubiera detectado, por la expresión de los rostros, los resultados de tales investigaciones. Pero en verdad no había margen para observaciones atentas ya que las miradas y los gestos se habían vuelto furtivos, desconfiados. Ya fuera porque cada miembro de la familia se considerara el único protagonista del fenómeno o porque nadie quería exponer su futuro a la vista de los demás, el hecho es que todos cumplían a rajatabla con el tácito acuerdo del "como si". Como si nada pasara. Como si todo siguiera igual que antes. Como si el miedo no los hubiera ido ganando de a poco con esa extraña seducción que a veces provoca lo inevitable y que al mismo tiempo repele y atrae.
El primer conflicto serio se produjo el día que Fernando se lo llevó a su casa. Los primeros en enterarse pusieron el grito en el cielo: qué seguridad había de que no cambiaran o perdieran las fotos, el álbum era de todos y debía estar al alcance de todos, si a cada uno se le ocurría llevárselo , nadie sabría nunca dónde encontrarlo, no se puede estar viajando de un lado a otro para mirar una foto, etc., etc. Los que tardaron en enterarse protestaron porque a ellos nadie les había avisado.

El almuerzo de septiembre fue mucho más corto. La comida se sirvió rápidamente, apenas hubo un solo postre y en seguida se levantaron los platos. Carmen trató de disimular la ansiedad evidente ofreciendo café y tés saborizados. Algunos aceptaron, sumándose al esfuerzo, pero otros no pudieron evitar competir por la primacía del álbum. Ángel ganó la carrera y se instaló en el sillón del escritorio. Dijo que quería ver algo, él solo. A los pocos minutos regresó. Estaba pálido. Parecía agobiado por un enorme peso. Balbuceó una disculpa y se fue.
Todavía estaban comentando la inesperada partida de Ángel cuando los gritos de Inés los obligaron a correr al escritorio: Lucrecia se retorcía en el piso, mordiéndose los labios hasta sangrarlos y llorando desconsoladamente, con el álbum de fotos apretado contra su pecho.

-Es un brote sicótico- dijo el médico. -Debe haber tenido un disgusto grande o una impresión muy fuerte. Hay que internarla.
Mientras los hombres se encargaban de reunir documentos, recetas, órdenes médicas, y las mujeres ponían ropa de Lucrecia en un bolso, jabón, toallas, Matilde, discretamente, tomó el álbum, que había quedado en el piso, y lo guardó en el altillo, sin que nadie la viera o, al menos, sin que nadie hiciera ningún comentario.
Desde entonces no hubo más almuerzos familiares los primeros domingos de mes. Todos estaban cada vez más ocupados. El ritmo de vida, las obligaciones. Además, de tanto en tanto, había que ir al hospital a visitar a la pobre Lucrecia, que no conocía a nadie, es verdad, pero seguía siendo de la familia. Y, claro, ya no quedaba tiempo para ver fotografías.