lunes, 18 de mayo de 2009

Se nos fue Mario

Con la sencillez y la moderación de los grandes, Mario Benedetti, un buen día (ayer, 17 de mayo), nos hizo su último guiño, juntó sus cosas más esenciales (su nobleza, su corazón coraza, su honestidad, su ternura, su compromiso) y se fue silbando bajito, casi como para despistar. Casi como para que no se nos notara este vacío, esta horfandad que nos deja. Y, sin embargo, por esas cosas que tiene el arte (el arte de vivir y el arte de la palabra), resulta que todo lo que se lleva, porque en buena ley le pertenece, nos queda multiplicado en su testimonio imborrable de hombre cabal y en su bagaje de palabra poética. Siempre será para quienes lo admiramos alguien que se animó a ser, tanto en la vida como en la literatura.


Un poema para homenejearlo:


Corazón coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

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