miércoles, 30 de diciembre de 2009

Invitación

Porque el trabajo por la paz no se termina, queremos sumarnos a la marcha mundial con nuestro pequeño granito de arena (¿Quién puede decir qué es grande o pequeño cuando de acariciar las almas se trata?). Por eso los invitamos a compartir cuentos. Vengan todos los que quieran escuchar y contar. Traigan amigos, hijos, sobrinos, tíos y abuelos. Traigan el mate. Traigan cuentos y poesías. Traigan ganas de construir un espacio de paz. La cita es . . .

. . . ¿dónde?

En la Plaza de los Españoles (Islas Malvinas, Arrecifes, Cardozo y Pehaujó), casi frente al club Mariano Moreno, en Castelar.

. . . ¿cuándo?
El sábado 2 de enero

. . . ¿a qué hora?
A las 19 hs.

Contar es compartir


Es compartir el pan de la palabra, ese alimento imprescindible para el alma. Y también para el cuerpo, que se estremece, se agita, de derrama en emoción cuando la palabra lo toca. La palabra, que transporta los sentidos a ese mundo posible donde los sueños, las ilusiones, las esperanzas se hacen realidad. ¿Magia, misterio, milagro?
Un poco de todo eso viví anoche junto a mi amiga narradora Patricia Morante en A plena voz, el programa de radio que hacen Miguel Mroure y su equipo en FM Oeste. Narradores de ley, que ejercen la palabra con compromiso y por elección. Narradores que nos narran sus experiencias, su caminar, sus cuentos. Y como si fuera poco, se rodean de buena música, excelentes intérpretes, amigos entrañables. Tuvieron la amabilidad de invitarnos a participar del programa y, por supuesto, con mucho gusto aceptamos.
¡Que se repita, chicos! Lo disfrutamos en grande.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Una paz tan necesaria

El próximo 2 de enero se cerrará, al pie de la Cordillera de los Andes, la Marcha por la Paz que se inició el 2 de octubre pasado, día del nacimiento de Mahatma Ghandi, y recorrió el mundo desde entonces. Hermoso, necesario testimonio. Como también es necesario que esta marcha no termine nunca, que cada uno la continúe en su espacio y a su modo, que la siembre, que la recoja, que la regale, que la pida, que la comparta, que la amase, que la recuerde, que la viva, que la haga palabra cotidiana, caricia permanente.
Invito a todos a que se sumen a esta idea enviando alguna frase, poema, imagen, pensamiento, recuerdo, deseo. La paz será de todos o no será. Para empezar, este poemita para compartir:

Cuando las gentes vienen marchando
son ángeles que anuncian
tu pequeñez y la mía
el tiempo en vilo
ya sin márgenes para derrotas.

Estas son gentes que marchan
ángeles que susurran
en la intimidad de las almas
murmullo que abraza
los puntos cardinales
camina sobre los pliegues del mundo
transita por la web
hasta que
finalmente
veo tu foto en mi pantalla.

Allí me reconozco.

Y te digo y me digo
estas son gentes que marchan
para tus pies y los míos.

martes, 8 de diciembre de 2009

a Frida Kahlo

“Esperar, con la angustia guardada,
la cloumna rota y la inmensa mirada.
Sin andar, en el vasto sendero,
moviendo mi vida cercada de acero”.

Frida Kahlo, La columna rota

¿Cómo fue que tu ojo
se sobrepuso a la negrura
y alumbró
el trayecto de la herida?

Todos los hombres confluyen en uno
pero es mujer quien amamanta
las bocas ansiosas de la vida.

Fue de tu leche que nacieron
todos los niños postergados
dulce pan de los dioses hambrientos.

Fue de tu leche que naciste,
preservada de todo mal,
y diste a luz tu repertorio de Fridas
cada una con su ojo
alumbrando dolor.

martes, 1 de diciembre de 2009

Frida Kahlo, historia de un pasión

Pasión por la vida, a la que se aferró tan dolorosamente, y por Diego Rivera, el hombre que le descubrió el sentido de la existencia: unión de contrarios, atracción del dolor, eclipse de planetas contrapuestos en turbulencia para generar vida, para dar y darse, completamente, en cada obra, en cada gesto, ciclo constante de muerte y creación. Más allá de sí misma, Frida le escribe a Diego este poema que él recibirá tres años después de la muerte de ella y pocos días antes de su propia muerte:




En la saliva

en el papel

en el eclipse.
En todas las líneas
de todos los colores

en todos los jarros

en mi pecho

afuera, adentro

en el tintero
en las dificultades de escribir

en la maravilla de mis ojos

en las últimas lunas del sol

(el sol no tiene lunas) en todo.

Decir en todo es imbécil y magnífico.

Diego en mis orines - Diego en mi boca - en mi corazón, en mi locura, en mi sueño, en el papel secante - en la punta de la pluma, en los lápices - en los paisajes - en la comida - en el metal - en la imginación. En las enfermedades - en las roturas - en sus solapas - en sus ojos - en su boca - en su mentira.