miércoles, 23 de mayo de 2012

Convidados en la biblioteca



Esta vez fue en San Antonio de Padua, aquí nomás, en el Oeste del Gran Buenos Aires, en la hermosa biblioteca Ricardo Güiraldes. Bajo el amparo del inolvidable autor y de los miles de amigos-libros que nos rodeaban, la poesía nos convocó, nos convidó y nos envolvió en su abrazo de brasas, de esas que encienden pero no consumen, queman pero no duelen, sino que exaltan, se multiplican, brillan aquí y allá, desatan alas, generan amor y más amor. Y así nos sentimos Patricia, Gustavo y yo, rodeados del amor de las palabras y de todos los que una vez más aceptaron el convite. Pero ¡ojo! el conjuro está echado: a seguir leyendo y escribiendo porque . . . muy pronto. . . Triálogos  volverá y renovará el convite.

miércoles, 16 de mayo de 2012

El durmiente

El amor es como la luna, todos lo vemos pero desde un punto distinto.
Dicho popular

-¡Es por eso que no te soporto más!- gritó ella antes de dar el portazo definitivo.  Él se quedó, como casi siempre, sentado en el borde la cama, sin poder articular palabra y repasando una vez más la larga lista de reproches conocidos. Tal vez ella tuviera algo de razón. Se tiró para atrás, reconoció en su cuerpo la blanda comodidad que le ofrecía el colchón y volvió a caer en ese sopor casi constante que lo venía acompañando desde hacía ya ¿cuántos meses? Tres, cuatro. No, seis, desde que perdió el cliente aquel, que parecía tan bueno.  Poco a poco el sopor se hizo sueño, sueño profundo. Y soñó. Soñó con la luna, bella y luminosa. Se sintió tan atraído que, increíblemente, un poder incontrolable se apoderó de él y salió corriendo con los brazos abiertos a tal velocidad que levantó vuelo y se acercó a ella. La luna entornó sus párpados y estiró sus labios en una sonrisa provocativa. Aún sin brazos para abrazarlo ni entrepierna para recibirlo, la luna era una pura entrega, tibia, húmeda. Y él seguía corriendo hacia ella, anticipando con cada uno de sus poros el encuentro. Pero cuanto mayor era la promesa, más larga se hacía la distancia; cuanto más viajaba por el aire, más lejana y más seductora le parecía.  El sueño interminable, inacabado, duró muchas noches, siempre a punto de alcanzarla y siempre con la angustia de perderla. Finalmente, una madrugada, algo lo distrajo de su loca carrera: croar . . . croar. Al costado de la laguna, un sapo lo miraba con ojos desorbitados. No tuvo más remedio que detenerse. Comprobó con sorpresa que el sapo tenía su propia cara, era él, él mismo. Se miró las manos: las notó mojadas, como cubiertas por una sustancia pegajosa. No tuvo tiempo de pensar más. Con una elegante acrobacia, el sapo saltó y desapareció en la profundidad del agua. Fue en el mismo momento en que él sintió que se hundía, arrastrado por el peso de sus zapatillas empapadas.

viernes, 11 de mayo de 2012

Nacida del agua

Gotea el agua
lentamente
sobre la piedra
y va dejando poco a poco
su marca misteriosa
de universos infinitos.

Sin peso
despojada de mí
soy solo pies que danzan
y me sumergen
en su húmeda caricia de útero.

Recorre el agua
lentamente
las extensiones de mi piel
le perdona tiempos y caídas
vence los desvaríos de mi cabello
cobija mi sed en su blandura
y me nace
sostenida apenas
entre sus dedos.

martes, 8 de mayo de 2012

Nuevo Triálogos

Buena noticia para los amigos que nos siguen fielmente y para los que quieran conocernos: vuelven los convites poéticos. Con nuevo repertorio, claro, pero con el mismo amor por la palabra, la nuestra, la tuya, la de todos.Como siempre, celebraremos la poesía y brindaremos por ella con una copa de jerez. ¡¡Imperdible!!

Gracias "Castelar Digital

Una nota sobre nuestros convites poéticos y grupo "Triálogos" apareció hace unos días en el sitio CASTELAR DIGITAL. Gabriel Colonna nos entrevistó. Mentor de este espacio en la web, es un inquieto buceador de la realidad local...a él 
¡muchas gracias!.
Podés leerla en:
Del blog de Guatvo D´Orazio: gdorazio